viernes, 11 de diciembre de 2009

Pus


La muerte se anidó un poquito en mi alma el Domingo pasado. Con cariño me amortajó.

Mi sangre hirvió encerrada en piel hasta que por fin se abrió la herida. Entonces salió furiosa, morada.

El alivio de cortar sobre la herida que se infectó, y que hay que abrir para que salga todo lo que está podrido. Y se vuelve a infectar. Se hincha. Se llena de pus. Duele mucho, cada vez más. No se calma con otra incisión. ¿Habrá comenzado a gangrenarse? ¿Amputación?

Necesitaré un alma ortopédica. Prótesis de alma. Alma sintética. Ciberalma otra vez, y justamente una red (y volvemos al pez que se escapa)

Buscar las respuestas ahí adonde se encuentran sin un por qué. Buscar desesperado con la aterradora certeza que no habrá nada que calme el dolor.

No hay respuesta posible.

La infección aún está ahí. ¿Antibióticos?

Necesitaría un millón de dosis para salir de este nido de ratas.


08/12

jueves, 10 de diciembre de 2009

Año de pez

Todos los flancos abiertos
Por el Norte y por el Sur atacan
por arriba y abajo, también
No es teatro, ¡qué va a ser!

El fuego se expande
corre a la velocidad de la luz
atràs quedan los gritos,
sordos como ecos

Adelante...

Me arrastré al centro de la tormenta
al ojo del huracán.
mis ojos secos
inmersos en un tifón de llamas

Silencios sorprendentes, sorpresivos
palabras sin sorpresa, violentas
Letras lastimeras, lastimosas
Sueños sobre un mar de baldosas

El espacio se abre en la red
se suelta el pez
No cayó
Zafó otra vez



lunes, 7 de diciembre de 2009

Milagros

Hay milagros que se pidien con el alma en llamas
y no viene el ángel que todo lo cura, que todo lo sana

En este infierno de sangre los dioses se juegan un puesto
en la aduana del cielo y es tan cierto como este tiempo que pasa

Y no hay milagro que alcance...

La fé que hoy viaja por la web
Todo podrido, está todo viciado
¿Dónde carajo está la chance?

Besos en la espalda a las tres de la mañana
desoyina esta frío de hambre
acalambra sentor en los huesos
que ya
no
hay
milagro
que
al
can
ce

martes, 1 de diciembre de 2009

La última escama

Año de pez. Ojo de pez. Humor de pez.
Suerte de pez que zafa del anzuelo y que igual no tiene consuelo
Entonces sale del agua.
Pisa el suelo y camina
Bajo la llovizna, camina
Apura el paso para encontrar un techo
Se seca al fin y deja de ser pez sin ser pescado
Lo hace por voluntad propia
Pierde las escamas con los días
Con la última fuerza ahogada en aire, escribe
escribe sobre animales que respiran bajo el agua
Y son presas de anzuelos
O no
Y así

Un texto


Un trapecista con sabañones, un clavadista de charcos.
Disecado por un sapo humanólogo
Piropo de ciegos, susurro de sordos.
Portero de bóveda, bobo de puerta.
Muro enano. Enano de jardín.
Gusano de la vid. Tinto malo. Resaca eterna.
Linterna rota. Cascote. Masacote.
Iscariote.
Isquiones.
¡Volvieron los borbotones!
¡Volvieron los borbotones!
Las palabras se me atascan. Se mezclan a la salida.
Se inoportunan.
Se congestionan.
Se amontonan como botones.
A montones. Por montones.
No son canciones, más bien cosas raras.
Palabras aladas, dentadas.
Mordidas de la vida.
Salidas de emergencia.
Punto.
Paciencia
Letra directamente proporcional a la angustia.
Matemática imperfecta.
Regla de tres simple muta a descompuesta
Despejar equis. El eterno dilema.
¿y cuando la equis es uno?
Sismo
Temblor
Terremoto
Pasamos entonces a otra área

Con los nervios de punta apunto preciso, mejor.
Prolijo
Crispado
Desvelado como nunca acelero sin ritmo.
Ideas que gravitan y salen como flechas
Estelas de humo. Fugaces dioses
Opciones del camino
Desvíos
Atajos.
No quiero tus flores como mordaza
No quiero morir en esta alfombra
Prefiero pisar la tierra al caer seco.

Tampoco yo voy a hablar de la penumbra
Compré una linterna con cuatro pilas grandes y sanseacabó