lunes, 21 de junio de 2010

Canción de amor


Puedo sentir el estado de tu alma en la turgencia de tus labios contra los mios.
Puedo ver las cicatrices de mil batallas libradas tras tu mirada
Puedo percibir la ira de tus dioses en las sutiles variaciones de tu voz
Puedo rememorar cada brisa compartida, cada sol, cada una de las noches
Si me esforzace tan solo un poco, identificaría como único cada bocado que probé a tu lado. Cada pucho mentolado...
¡Y Los licuados! de durazno, naranja o banana... y eso no es nada. Nada de nada...
Recordaría cada grillo en la noche; cada rana oída. Cada día. Cada hora.
Hundido en la memoria, recordaría cada histori.
Cada gloria, y cada rechazo.
Cada fracaso, y los porrazos. Los que son caídas, y los que son fasos.
Y retazos de la vida compartida, recordaría
Y es eso lo que pasa
Pasa eso y es lo qué
Que lo es, y pasa eso
Y... pasa eso ¡Que lo es!
Pero... pará un cacho. Esto ya se fué al carajo... ¿Qué pasa?
Pasa, pasa, pasa.
Pasa el tiempo y pasa el tren. Pasatiempo. Pasa de uva. Ciruela pasa.
Pasajera en trance, en tránsito perpetuo.
Pasajera del mundo en este tiempo.
Momento.
Instante.
Me revolcaría nuevamente en los cardos si es necesario.
Remaría en el barro
Saldría a la lluvia con catarro
Me iría lejos para extrañarte
Y volvería corriendo con flores de todos colores
Y canciones
Y sonrisas
Atesoraría cada segundo que pasamos
¡Puta, che!
Tan jodido es decir
Te amo
¡Feliz cumple mi amol!