domingo, 20 de marzo de 2011

5 Nada

Una incógnita de otros tiempos. Tiempos en los que la duda era el motor.
No ha quedado nada. El concepto de nada volvió a tener su cuerpo habitual. Nada por todos lados. Ausencia envolvente. Se han disuelto hasta las ruinas.
Necesitaba esto después de semejante destrucción.
La imperceptible satisfacción del deber cumplido.
Se ha aclarado la vista, la audición se volvió precisa nuevamente, el olfato perruno, el gusto exacto y el tacto…
Ahora debo buscar el anclaje. Sentir el agua en todas partes. Divisar la costa en medio del mar. Ubicar algún tronco en ella. Alcanzarlo. Subir. Llegar a la orilla que está todavía en el otro extremo. Pero aún no se ve la otra orilla, ni el tronco, ni la costa, ni el mar.
Nada.

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