jueves, 31 de marzo de 2011

7 Fuego

¿Y si dejase de contar la historia de lo que ocurrió? ¿Si la desesperación por quitarme este peso de encima cediera y no tuviera más esta imperiosa necesidad de contar? ¿Y si la asfixia cediera? ¿Y si el fuego se extinguiera? Conjeturas no siempre reales, ciertas, verídicas. Cada silencio me consume en fuego. Cada palabra, una dotación de bomberos que llega para calmar la llama que arde eterna, infernalmente. Cada letra una gota de agua que suma su esfuerzo voluntario a la gran causa general. Fuego… Agua, agua, agua, agua, agua…. Fuego… Agua, agua, agua, agua, agua… Fuego inextinguible. Fuego, fuego, fuego, fuego… El agua ya no es suficiente. El fuego corre a la velocidad de la luz, atrás quedan los gritos, sordos como ecos. Las llamas invaden todo, queman, carbonizan, vuelven a ceniza la materia. ¿Materia? No; aún no hay materia. Solo agua. Agua quemada. Prendida fuego. Contradicción sin límites

No hay comentarios:

Publicar un comentario